La Santa Hermandad de Toledo fue una institución oficializada en 1220 por Fernando III, aunque vivió su máximo esplendor a finales del siglo XV, durante el reinado de los Reyes Católicos. Su abolición definitiva queda fechada en 1835 por orden de Isabel II.

            El principal fin de la Santa Hermandad era la persecución de los criminales que por entonces pululaban por la provincia. El edificio que hoy podemos ver se levantó durante su apogeo a finales del XV, y cumplía las funciones de cárcel y juzgado. En el siglo XVII fue ampliado mediante la incorporación de calabozos y una capilla en sus sótanos. Lo más destacable del edificio es la Sala del Tribunal y la fachada principal. Tras diferentes utilizaciones, tales como escuela de idiomas y museo, se ha acondicionado el edificio como centro cultural.

Posada de la Hermandad en Toledo